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¿Cómo saber si tu kombucha es real?

Nos encanta la kombucha por sus propiedades transformadoras. Su proceso de elaboración consigue convertir el té, el agua y el azúcar en una bebida “casi milagrosa” para la salud intestinal. Esta bebida probiótica tarda entre 10 y 20 días en elaborarse siguiendo un proceso tradicional.

Si bien este proceso es algo lento, su popularidad no lo es tanto: los productores de kombucha se están extendiendo como la pólvora y algunos de ellos están elaborando este brebaje con menos amor que otros.

Aunque esta bebida de 2000 años de antigüedad es muy sabrosa, su fama le viene por los beneficios que aporta a la salud: es una rica fuente de probióticos y antioxidantes, mantiene un ambiente estomacal favorable, fortalece el microbiota intestinal, colabora en la eliminación de toxinas y mejora la resiliencia del sistema inmunitario. Sin embargo, solamente podemos encontrar todos estos beneficios si la kombucha ha sido elaborada correctamente.

Así pues, la próxima vez que que vayas a comprar kombucha al Mercadona, plantéate por qué quieres tomar esta bebida burbujeante y fermentada. Si solamente es por su ligereza y su sabor refrescante, entonces tienes una gran variedad de opciones. Pero, si además quieres aprovecharte de todos sus beneficios y propiedades saludables, entonces no todas las marcas son una buena elección.

No todas las kombuchas son iguales a los ojos de Dios.

Aquellos que consumen esta bebida por sus propiedades beneficiosas necesitan ser un poco más prudentes con su elección.

Cada marca sigue su propio proceso de elaboración. Algunas pasteurizan su kombucha, otras quizás la elaboran a partir de concentrados, hay otras que ni siquiera requieren una conservación en frío y el azúcar residual de cada marca puede variar enormemente.

Así que, ¿cómo podemos saber si la kombucha que encontramos en los estantes del Mercadona o del Carrefour es auténtica y rebosa salud?

Hay varios puntos a tener en cuenta:

Pasteurización

Si la kombucha está pasteurizada, significa que han matado a todos los probióticos naturalmente presentes en la bebida. Como resultado, no puedes encontrar ninguno de los beneficios probióticos característicos y solamente podrás disfrutar de su sabor. Algunas marcas añaden posteriormente una fuente de probióticos farmacéuticos para compensar la pérdida original fruto de la pasteurización. Estrambótico, ¿verdad? Nosotros opinamos que la kombucha de verdad nunca se pasteuriza y ni siquiera es necesario, dado que su composición permite una buena conservación.

El contenido de azúcar

de acuerdo con el impuesto a las bebidas azucaradas que se aplica desde el primero de mayo de 2017, una kombucha verdaderamente saludable no debería contener más de 5 gramos por cada 100 mL de azúcar residual. Si la botella de kombucha contiene más de esta cantidad de azúcar, es imposible considerarla una bebida saludable.

Concentrado

¿Te imaginas comprar un vino o una cerveza hechos de concentrado? Pues nosotros, NO. La kombucha es una bebida fermentada que tiene un proceso milenario que debemos respetar. Por tema de costes, algunas kombuchas se elaboran a partir de un concentrado de kombucha y si te fijas bien en la etiqueta encontrarás marcas que contienen incluso menos de 10% de kombucha. No sé cómo lo véis, pero a nosotros nos suena a engaño.

Cultivos vivos

Normalmente, la kombucha real contiene billones de cultivos activos por cada vaso. Los cultivos vivos se conocen como SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast) y se utilizan para elaborar la bebida. Tal y como parece, estos están vivos y tienen que ser tratados con cuidado para que continúen siendo saludables y hagan que la kombucha también lo sea. Para que esto suceda, es importante una conservación de la bebida en frío y protegerla de la luz solar con un embotellado en recipientes oscuros. Algunas marcas no utilizan una conservación en frío ni un embotellado óptimo. Otras -como las que optan por la pasteurización-, no contienen ningún cultivo vivo.

SCOBY visible

Algunas marcas de kombucha todavía tienen trazas visibles del SCOBY en la bebida. ¡Eso es una buena señal! Un scoby presente en la bebida -parecido a una pequeña medusa- es el testimonio que confirma la vitalidad de la kombucha. Puede parecer extraño, pero el la parte visible del SCOBY no es más que una formación de celulosa totalmente apta para el consumo.

En conclusión, la kombucha es una bebida muy especial y beneficiosa tanto para el intestino como para el cuerpo y el alma. Cualquier persona puede elaborarla, ya sea en casa o a nivel industrial. Pero una elaboración adecuada requiere experiencia, tiempo y, sobre todo, mucho amor. Si optamos por ir a comprar kombucha, es necesario aprender a fijarse en cada detalle si queremos sentir sus beneficios.

En LOV Ferments nunca jamás pasteurizamos nuestra kombucha y elaboramos cada sabor con mucho amor, cultivos vivos y el azúcar justo para conseguir un SCOBY totalmente sano y activo. Las botellas son de cristal oscuro y la cadena de frío se conserva en cada etapa, para que todos sus “poderes” se mantengan intactos hasta que decidas destaparla.

Ahora ya sabes en qué te tienes que fijar la próxima vez que vayas al súper a comprar kombucha. En LOV cuidamos mucho el proceso de elaboración para que puedas disfrutar tanto de su sabor refrescante como de los beneficios para tu cuerpo. Pero nuestro LOV tiene mucho más amor del que se puede apreciar en la etiqueta. Por ello, en los próximos blogs os hablaremos del origen de los ingredientes que seleccionamos para su elaboración.

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